Debe de ser maravillosa la vida del anacoreta, sin nadie que venga a tocarte las narices porque sí, de puro aburrimiento, porque no encuentra quien le quiera. O vaya usted a saber qué ocultas razones arrastra, que la mente humana está repleta de recovecos donde se crían toda clase de ideas. Muchas de ellas, perversas.
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