De una estación a otra, los atajos se llenan de matojos, de malas hierbas. Con frecuencia, las lluvias los desdibujan, haciéndonos perder el rastro y el tiempo, dando vueltas en busca de cualquier salida.
Tampoco hay recetas mágicas que sirvan para todo el mundo.
Ni remedios válidos para toda la vida.
Ni mal que cien años dure.
1 comentario:
ni cuerpo que lo resista... :)
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