Al salir de un cajero automático con Saulo (6 años), me pregunta:
- ¿Por qué no te compras una máquina de ésas que da dinero?
- Es que esa máquina no lo da, sólo te devuelve el que ya es tuyo.
- Pues cómprate una máquina que fabrique dinero.
- Es que el dinero no lo puede fabricar cualquiera, sólo vale el que hacen en una fábrica especial.
- Pero yo te puedo dibujar dinero y nadie se da cuenta.
- El dinero de verdad tiene unos colores y unos sellos que lo diferencia del falso. Además, si compras algo con dinero de mentira te meten en la cárcel.
- ¿Sí?, ¿mucho tiempo? ¿Cuánto, un día?
- No, me temo que mucho más. Muchos años.
- ¿Cuántos días son muchos años?
- Hasta que te haces viejo, por lo menos.
- ¿En la cárcel te dan de comer o sólo pan y agua por debajo de la puerta? ¿No te dan golosinas?
Miedo me da.
Le cuento a mi padre (80 años) que en la última revisión han detectado que el nevus que mancha el fondo de mi ojo derecho ha crecido. La doctora recomienda que me lo haga ver por otro especialista de la capital del Reino. Mi padre responde:
- ¿Pero eso es en un ojo sólo, no?
Así y todo, sospecho que lo dijo para animarme.
1 comentario:
Pragmatismo en ambos casos.
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