lunes, 16 de agosto de 2010

sin rutina


Hay días en los que no puedo más que envidiar a los dogmáticos, a ésos de orejera y mirada fija, a quienes jamás garraspean ni dudan ni les tiembla el pulso.

Días en los que me gustaría aplanarme el encefalograma y vegetar, disfrutando.

Jornadas en las que no paro de vomitar interrogantes y otras desconfianzas, cuando pagaría por saborear la felicidad de la ignorancia, de la incapacidad de prospección.

... todo porque me asomé a este lunes buscando mi rutina y, para mi sorpresa, nada estaba donde lo había dejado.

1 comentario:

María Sarmiento dijo...

Ya somos 2, los que de tanto en tanto envidiamos la simple felicidad de aquellos que no se cuestionan apenas nada de cuanto les rodea.
Gran blog, por cierto, me alegra haberte descubierto (que me hayas descubierto y hayas dado la cara, realmente)...