Llegó despacio y en silencio.
No hizo falta abrir, ni siquiera tocó a la puerta.
Se fue colando sin hacer ruido. Sin empujones.
Por las rendijas se asoma, saluda la mañana.
Con conversaciones reposadas me acompaña de madrugada.
No sé cómo ocurrió.
Cuando vine a darme cuenta, su mirada, su sonrisa... habitaban en mis días.
3 comentarios:
Hola Javi, siempre hay alguien o algo que sin darnos cuenta forma parte de nustras vidas. Ese osico es muy aceptable, cuidalo.
Nota: Mural en E.Wolfson. nº 75 cerca Mencey.
Gracias, Semi.
me encanta! si llega y se queda es que además de no molestar, conforta :)
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