He invertido mucho tiempo en buscar un canal de expresión. Necesito un lugar donde abandonarme a crecer, donde puedan florecer mis personajes, permitiendo que ramifiquen sus relaciones, soñarlos a la sombra de sus enredos y entresijos.
No es una decisión fácil. Entre tanto escritor de sms y aficionado al microrrelato, con la avalancha de concursos a cambio de líneas y caracteres limitados, es lógico que una diminuta idea de cuento como yo tenga miedo de no elegir bien a quien me escriba.
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