Y si al final resulta que nada vale la pena. Ni el superordenata. Ni el coche de tus sueños. Ni el piso nuevo. Ni la segunda residencia. Ni el viaje a la quinta chimbamba. Ni el polvazo de tu vida. Ni cambiar el mundo. Ni la coherencia.
Si al final la nada es la única respuesta. Si el tal Sartre tenía razón y el vacío lo llevamos siempre dentro. Sin remedio.
Si al final la nada es la única respuesta. Si el tal Sartre tenía razón y el vacío lo llevamos siempre dentro. Sin remedio.
1 comentario:
Sospecho que Sartre nunca cenó con violines en la calle La Luna
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