Se despertó el gigante azul. Sentí cómo se frotaba en mi barriga.
Y sigue aquí, cubriéndome con ese cosquilleo suave que me provoca su piel esponjosa cada vez que se revuelve y juguetea.
Y sigue aquí, cubriéndome con ese cosquilleo suave que me provoca su piel esponjosa cada vez que se revuelve y juguetea.
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