Al pasar por el cine hace unos días, mientras el semáforo se mantuvo en rojo, haciendo el recorrido habitual por la cartelera, me atrapó Cosas insignificantes.
No tenía ninguna referencia. No había visto ni leído crítica alguna. Ni siquiera, desde aquella distancia, fui capaz de distinguir al director. Pero sí tenía claro que quería verla.
Así lo hice el pasado fin de semana. En otro cine y otra isla, pero la vi.
La película de Guillermo del Toro resultó ser una trenza de personajes inconexos, habitantes de la misma ciudad que arrastran el silencio de saberse artífices de una traición contra personas a las que quieren.
Si bien al principio me resultó un poco lenta, a medida que avanzaba fue ganando ritmo, con un uso magistral de los tiempos narrativos.
Sospecho que el director propone algo parecido a una moraleja optimista, vitalista, pero yo salí del cine con sabor a tristeza.
Hay que verla. De lo mejor que he encontrado en los últimos meses que, dicho sea de paso, no ha sido mucho ni muy bueno.
No tenía ninguna referencia. No había visto ni leído crítica alguna. Ni siquiera, desde aquella distancia, fui capaz de distinguir al director. Pero sí tenía claro que quería verla.
Así lo hice el pasado fin de semana. En otro cine y otra isla, pero la vi.
La película de Guillermo del Toro resultó ser una trenza de personajes inconexos, habitantes de la misma ciudad que arrastran el silencio de saberse artífices de una traición contra personas a las que quieren.
Si bien al principio me resultó un poco lenta, a medida que avanzaba fue ganando ritmo, con un uso magistral de los tiempos narrativos.
Sospecho que el director propone algo parecido a una moraleja optimista, vitalista, pero yo salí del cine con sabor a tristeza.
Hay que verla. De lo mejor que he encontrado en los últimos meses que, dicho sea de paso, no ha sido mucho ni muy bueno.
2 comentarios:
Desde luego que a mí me has convencido!
Espero que la disfrutes. Ya me contarás.
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