Lo daba por perdido
pero bastaron unas horas para recuperarlo
casi intacto.
Unos minutos de puesta al día
el tintineo de unas copas trasnochadas
Y ahí estábamos de nuevo
náufragos en océanos de desencantos
nihilistas supervivientes sorteando viejas corrientes
con más tripa y menos pelo
más canas y menos ganas
entre risas y complicidades
como casi siempre
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