lunes, 10 de mayo de 2010

estrategias


Si me atacas y me enroco, me encierro entre mis propias piezas, me inmovilizo, me asfixio. Tú ganas.

Si contraataco, abandono mi jugada, dejo de ser yo para responder a tus impulsos, quedo vulnerable e indefenso, avanzo a tu ritmo. Tú ganas.

Ahora que veo tus fichas, la caída de tu rey no es para mí un objetivo. Mucho menos los contoneos de esa reina tuya. Tampoco derrumbar las torres en las que habitas. Así que, pensándolo mejor, abandono este tablero. Tú ganas. Yo gano.

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