miércoles, 23 de diciembre de 2009

despareja


Le gustó de él que siempre quería estar sólo.

De ella, su convicción en mantener a toda costa su independencia.

Les fascinó tanto su coincidencia en los principios antipareja que, desde entonces, permanecieron siempre juntos.

jueves, 17 de diciembre de 2009

El péndulo de Micandi


Lo explicaba en un taller de risoterapia: funcionamos como péndulos. Si estamos alegres y nos acercamos a la tristeza y mal humor de otro, uno de los dos será abducido por el estado de ánimo ajeno. Así, como las bolas de un péndulo, la que estaba quieta se mueve con la otra o, quizás, la inmóvil acaba paralizando a la segunda.

El otro día una frase de una canción comercial salió de la radio de mi coche para devolverme y mezclarse con aquella idea.

Nos levantamos por la mañana y nos dejamos arrastrar por los estados de ánimo de quienes nos rodean, de las noticias de la radio, del estrés de quien pita en la caravana de cada dia, de la arrogancia de algún mediocre, de la alegría de cualquier paseante… Sí, claro, interactuamos, nos empapamos del contexto… pero ¿cuántas veces nos escuchamos, miramos para dentro y vemos cómo nos sentimos ese día realmente?

No sólo está bien eso de la empatía, de interactuar con el entorno y los semejantes. En realidad es inevitable. Pero, se me ocurre, estaría mejor si atendiéramos a lo que de verdad sentimos, saborear nuestra tristeza, vibrar con nuestra propia alegría… Sólo así seremos menos maleables a emociones ajenas y, en su caso, contagiaremos lo más real de nosotros mismos.

¡Vaya! Pues sí que dan de sí un taller de risoterapia y una frase de cancioncilla comercial.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Castañas sobre fondo azul






Salimos en busca de las imágenes para el reportaje de un sendero por los castaños. Quizás también para la portada de la revista. No teníamos el día inspirado. Jugueteamos. Trepamos a los árboles. Sacamos decenas de fotografías, pero ninguna nos dejó satisfechos.

De vuelta a la Casa, me vacié los bolsillos sobre una mesa azul. Fue entonces cuando comencé a jugar con las castañas y la luz que se colaba por la puerta de cristal.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Un trato de coherencia

Hagamos un trato. Un pacto de coherencia. Si alguna vez te has quejado del disparate consumista navideño; si en más de una ocasión, sin comerlo ni beberlo, te has visto arrastrad@ a comprar regalos innecesarios con la previa seguridad de que acabarían en el rincón más perdido de un armario que nadie abre, si esto de la Navidad te parece un rollo patatero, bienvenid@ al pacto.


A ver. Definamos los puntos:

En primer lugar, ¿qué tal si a todas las personas proclives a gastar su dinero en regalarnos, les pedimos que se abstengan? Bastará con decirles que no necesitamos nada material. Que muchas gracias, pero no.

Para seguir, podemos no caer en la tentación de comprar nada innecesario a nadie, por mucho que lo queramos, convencidos como estamos de que el cariño, también el amor, es francamente otra cosa.

A nadie le gusta quedar como el bicho raro, el amargafiestas de la pandilla, de la familia, del grupo de lo que sea. Hagamos el esfuerzo, sacudámonos el peso del qué dirán.

Para compensar, propongo que regalemos horas de conversación, de compañía, paseos silenciosos por la orilla de cualquier abismo, un rato de atención, empatía, asertividad, la propuesta firme de escuchar sus proyectos -por mucho que de antemano nos puedan resultar absurdos-, un saco de abrazos, unas risas compartidas, una siesta con babas frente a un televisor la tarde de cualquier domingo...


Vale, vale. Lo sé. Estos regalos cuestan más, pero estarán conmigo en que son obsequios realmente necesarios, no contaminan y, por ahora, ninguna multinacional ha inventado como sacar tajada de ellos.

¿Se apuntan?

domingo, 6 de diciembre de 2009

I´m sorry. I´m burry



Para saber de qué va esto:

Web oficial de la cumbre COP15.

Greenpeace.

Altermon.

Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG).

El blog alternativo.


Vivir de pie


Hay episodios de la historia contemporánea que requieren mayor esfuerzo imaginativo que revivir el terciario o el cuaternario.

Albañiles analfabetos, hombres hechos a sí mismos, convertidos en líderes honrados, que entregan sus vidas a la justicia social, a la revolución, a un mundo mejor...

Cipriano Mera, según cuenta el documental de su biografía, era un tipo así.

Me cibercrucé con el personaje en unos días en que le daba vueltas a las exigencias de cada momento: aquellos que reclaman acción, intervención decidida, frente a los que no permiten otra cosa que esperar, aguantarse la frustración y la rabia, en los que es preciso recogerse y, en todo caso, aglutinar herramientas para cuando vuelva la hora de actuar.



jueves, 3 de diciembre de 2009

Desde siempre


Cuando la conocí, continuamos tejiendo la conversación que desde siempre habíamos trenzado en nuestros más íntimos silencios solitarios.

lunes, 23 de noviembre de 2009

De espaldas

El Estado español sigue mirando hacia otro lado. Da igual quien esté en el poder. La historia tiene siglos: colonización, descolonización, machaque de derechos humanos…

Aquella vieja disculpa de mantener contento al corrupto Marruecos para que frene el islamismo radical, ¿alguien se la sigue tragando? Han entrado hasta la cocina. De la migración clandestina, válvula de escape de sus contradicciones sociales y económicas, de eso mejor ni hablamos. De la inversión española en sus infraestructuras o del capital canario en su industria, ¿qué decir? ¿Qué contar de los privilegios del reino alauí en sus exportaciones a la UE? ¿Y de su control del banco pesquero canario-sahariano?

Como suele ocurrir, no basta con mirar para otro lado. El conflicto no sólo está cerca. Está en casa. Por mucho que al ilustre Moratinos todo le suene a demagogia.


viernes, 20 de noviembre de 2009

Conversaciones trenzadas

Barranco Hondo. La Victoria / Javier López

Me acordé de ellos mirando las piedras acumuladas en la orilla, esas rocas redondeadas por las olas, que se apiñan como si se abrazaran, dándose calor, protegiéndose del frío.

Mi gurú de pies de agua se fascina con las piedras. Aunque se maravilla con la autonomía del reino vegetal, el único que se basta con el sol, el agua y los minerales de la tierra, sin depender de ninguna otra especie para sobrevivir, ella ve en las piedras la concentración de la memoria eterna, la historia de la Tierra y el Universo.

Mi admirado veinteañero Mr. Trivial defiende airado la superioridad del ser humano por encima de cualquier otra especie. Por su capacidad de construir y destruir, argumenta.

Mientras, los jóvenes de biografías perversas gritan desde el interior de sus jaulas ¡¡¡Soy el puto amo!!!

Puestos a construir jerarquías, me pregunto con qué variables debemos medir la superioridad, ¿es la autonomía la medida o debe serlo la capacidad de modificar el entorno?, ¿por qué no valorar la habilidad de adaptarse a la naturaleza causando en ella las mínimas repercusiones? Ya puesto, sigo cuestionándome si el mérito está en la mera superviviencia o en la calidad de la existencia ¿Quién es más feliz, el humano o la hormiga, el perro o su amo?


jueves, 19 de noviembre de 2009

campañas



La próxima semana, parece que el miércoles, se dedica un día en contra de eso que llaman violencia de género. No soy amigo de celebrar-conmemorar jornadas contra esto ni a favor de lo otro... esa agenda de la progresía saturada de eventos solidarios y buenas intenciones.

Hay actitudes que se interiorizan o no, que es preciso mamarlas desde pequeño o someterse a tratamiento de choque. Las vallas publicitarias ni los anuncios televisivos corrigen males endémicos.

Tampoco creo que esto de la violencia en la pareja sea nada nuevo. Sólo que ahora se cuenta y hasta abre telediarios. Algo que, hace unas décadas, era un derecho de los machos sobre sus hembras que, si huian de sus maltratadores, eran detenidas por abandono del hogar.

De cualquier forma, encontré este vídeo que, dentro de su dramatismo, me resultó estético, impactante. Aunque quiero pensar que ninguna de las personas que se asoman a este blog, ya sea por casualidad, precisan que les recuerden estos mensajes.

A saber, porque para el egoísmo patológico y violento no existen edades, clases sociales ni niveles culturales.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Desnudez sin prisas


Buscaba imágenes para acompañar no sé qué reflexión o dislate, cuando me encontré este cuadro de no sé qué autor. Me dejó tan relajado la escena que olvidé el cuándo, el cómo y el qué iba yo a escribir.

Así que ahí les dejo, con esta mujer tranquila, en la frescura de su desnudez sin prisas.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Opciones


Durante la caída desde lo alto de un rascacielos, se decía a sí mismo: “Por ahora todo va bien”. Y se divertía jugueteando con las corrientes de aire, disfrutando del paisaje que descubría desde las nuevas perspectivas.

Durante la caída de lo alto de un rascacielos, se aterró tanto pensando en el porrazo que inevitablemente se iba a dar que su corazón, agarrotado, no soportó la tensión. Un infarto lo mató minutos antes de llegar al suelo.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Días gelatina


Hay días de gelatina. Ésos con sabor dulce, que pasan ligeros, sin malas digestiones. Días que se mueven, adaptándose a lo que va surgiendo, a las improvisaciones. Días frescos que, por segundos, también nos hacen dudar, con temblores sinuosos, escalofríos y otros vértigos.


martes, 3 de noviembre de 2009

realidades concéntricas



Las realidades se superponen, concéntricas, coetáneas.

Me sumerjo en mundos opuestos que conviven en planos geográficos comunes, aunque sin verse. Quizás, sin querer conocerse.

Paso unos días con jóvenes atrapados en biografías perversas y, sólo unas horas más tarde, celebro la luna llena con mujeres que sueñan con mundos justos, organizando bancos de tiempo solidario, dejando que fluya la energía, cuestionando roles sexuales...

Poco después, otra mujer llora una relación muerta y asume el luto por los años felices que pasaron, sacando fuerzas para esquivar las culpas por el amor desvanecido, los tics y otras dependencias.


El otoño avanza y, aunque el calor persiste, el estado gripal se instala en mis huesos, con ese ligero cosquilleo superficial que anuncia la llegada de la fiebre.


jueves, 29 de octubre de 2009

Rumbo


Estaba en días revueltos, de cambios y decisiones. De frustraciones cotidianas, compromisos y sueños por resolver. En eso andaba cuando, de pronto, se abrieron algunas puertas rebosantes de retos. Y, con ellas, las dudas, acompañadas de algún que otro miedo: ¿Seré capaz?, ¿estaré a la altura?

En la mochila, lo aprehendido y vivido: un puñado de habilidades, un montón de conceptos algo mohosos, la mirada atenta, la percepción encendida, la confianza en la intuición y el reflejo creativo… Al timón, el siempre delicado cultivo de la serenidad.

Al otro lado: un mundo por descubrir y descifrar.

Eleven anclas. Zarpamos.

martes, 27 de octubre de 2009

La Jurria


No conocía la palabra. Tampoco a quienes me la enseñaron, pero nos bastaron unas semanas para descifrarnos y encontrar puntos de coincidencia, aficiones e inquietudes comunes, ésas que nos empujaron a poner en marcha este proyecto de crear una revista de y para la juventud de La Victoria de Acentejo, con un puñado de ideas en los bolsillos y mucho camino por descubrir.

Hubo encuentros y desencuentros, facilidades y tropiezos, momentos de euforia y desesperanza, pero aquí está. Aunque este primer número no es la meta, sino el comienzo de un compromiso con nosotros mismos, con un trabajo que ilusiona a los jóvenes y no tan jóvenes que la hemos soñado, discutido, definido y materializado.

Para algunos es un "derroche". Otros no verán en ella más que una floja revista más. Para quienes la hemos parido, en cambio, es el resultado de la conjunción del trabajo y la creatividad de un colectivo que opta por invertir su tiempo de ocio en descubrir y crear, en equipo, compartiendo y difundiendo cultura, valores... ingredientes siempre escasos y que, de no ser por esta jurria, se diluirían en la esquina de cualquier plazoleta, entre apatías, frustraciones y vaya usted a saber qué malos humos.


Según el diccionario de canarismos, jurria es una reunión de muchas personas.
Si pinchas en la imagen, accedes a la revista en formato PDF.

domingo, 25 de octubre de 2009

Hipatia


Hipatia mira al cielo, intenta descrifrar la armonía del Universo. A su alrededor, los humanos se acribillan en nombre de sus dioses. Como siempre.

La estética del Ágora de Amenábar, mejorable. Me quedo con el personaje: una mujer en busca de respuestas, que no cede a verdades impuestas, por muy sanguinarios y poderosos que sean sus inquisidores, pero que tampoco permanece al margen de los conflictos de su tiempo.



miércoles, 21 de octubre de 2009

En los colores del atardecer




When your whole world is shaken from all the risks we have taken
Dance with me, dance with me in to the colours of the dusk

Cuando tu mundo se ve sacudido por todos los riesgos que hemos tomado,
baila conmigo, baila conmigo en los colores del atardecer (o crepúsculo)

When you have awoken from all the dreams broken
Come and dance with me, dance with me into the colours of the dusk.
Dance with me in to the colours of the dusk.

Cuando has despertado de todos los sueños rotos,
ven y baila conmigo, baila conmigo en los colores del atardecer
Baila conmigo en los colores del atardecer

The paths we are walking on, they crumble behind us
But if we leave now, they will never find us
And if this crazy world spins itself down to dust
I want to be with you in to the colours

Los caminos que andamos se derrumban detrás de nosotros
pero si nos vamos ahora, nunca nos encontrarán
Y si este loco mundo gira sobre si hasta que se haga polvo
quiero estar contigo en los colores.

When you again start hoping with your arms wide open
Come on dance with me, dance with me into the colours of the dusk
And all will be right dancing like water with the light
Dance with me, won’t dance you dance with me in to the colours of the dusk?

Cuando empiezas otra vez a tener esperanza con tus brazos completamente abiertos
ven, baila conmigo, baila conmigo en los colores del atardecer
y todo estará bien bailando, como el agua con la luz
Baila conmigo, ¿querrás bailar conmigo en los colores del atardecer?

Colours, de Ben Harper

jueves, 15 de octubre de 2009

La naturaleza espontánea

imagen: Ana I. Martín

Del Tao Te Ching, el libro del Tao, de Lao Tse:


La suprema bondad procede como el agua.
El agua llega a todas las cosas y las favorece, porque no busca el poder.

El agua permanece en los lugares que otros desdeñan.
Esto hace que se parezca al Tao.

Viviendo halla la alegría de vivir.
Sintiendo encuentra el sentimiento.
Siendo amigo de todos encuentra la armonía.
Ama la veracidad en sus palabras.
Ama el orden y la justicia en el gobierno.
Actúa con justa medida y es oportuno en la acción.

Así, al no haber lucha, no se impone, no existe el daño.


miércoles, 14 de octubre de 2009

Tobogán


Me deslizaba. La caída era, por momentos, divertida. En otros, provocaba cierto vértigo. Los giros, aunque parecidos, resultaban diferentes, únicos. Pese a todo, había poco que descubrir, el camino estaba hecho. Apenas dejaba margen para maniobrar o improvisar. A juzgar por el aspecto, muchos lo habían recorrido antes. Así que me dejé llevar, disfrutando del paseo, encontrándole el lado lúdico a los baches y el meneo.


jueves, 8 de octubre de 2009

Para el día después



Las píldoras del día después son un invento, sí, pero deberían desarrollar más la idea, buscarle nuevas aplicaciones. Me encantaría tener pirulillas de ésas para otros muchos usos.

Estaría bien disponer en la farmacia más cercana de pastillas para borrar cualquier metedura de pata del día anterior: la frase que soltamos en el peor de los contextos; el gesto que delató lo que realmente pensábamos, el que nos desnudó ante un público inadecuado; el exceso de sinceridad o espontaneidad que provocó un largo silencio y miradas perdidas entre los tertulianos; el bloqueo mental que nos dejó sin ideas ni respuestas cuando más las necesitábamos; la mirada que no correspondimos; la que nos empeñamos en materializar, sin éxito; el silencio que no fuimos capaces de romper y nos dejó la boca del estómago hirviendo de emociones…


Sería genial. Bastaría con dejarla reposar en la lengua, un trago de agua… y ¡zas! Asunto eliminado.


miércoles, 7 de octubre de 2009

Des-generad@


Lo decidió una mañana. Iba a convertirse en des-generad@.

Por eso, no sin algo de esfuerzo, se borró todos los estereotipos aprendidos, los comportamientos, maneras y castraciones que debían adornar a los seres de su sexo.

Cepilló de un plumazo los roles adquiridos, las poses y rituales de cortejo.

Dejó de llamar lado masculino a su afán de prosperidad, a su lucha por la vida.

No volvió a tildar de femeninas ningunas de sus emociones.

Libre de semejantes limitaciones, se adentró en su nueva vida de des-generad@.

Fue así como empezó a ser persona.


domingo, 4 de octubre de 2009

Aquelarre



Este fin de semana me invitaron a celebrar la luna llena en medio de un bosque de Tenerife. Una suerte de aquelarre promovido por un círculo de mujeres que mantienen vivos rituales procedentes de indias americanas, mestizados con Chin Dao, masajes Shiatsu, comidas compartidas, músicas, bailes, cuentos, teatro...

El hilo conductor del encuentro fue un intento de aproximación, de reflexión, de puesta en común más que debate, del eterno tema: ¿Cómo vemos al otro género? ¿Qué esperamos de ell@s? ¿Qué estamos dispuestos a compartir?

Ya lo he reflexionado en este blog otras veces: Las mujeres, desde las sufragistas hasta ahora, han protagonizado su cambio. Mientras, nosotros nos hemos quedado rezagados. Unos, anclados en la comodidad de la jerarquía de los modelos pasados. Otros, siguiendo el ritmo de sus cambios como buenamente podemos.

En el encuentro sincrético del fin de semana, salían a la luz otros aspectos que me interesan mucho más. Por una parte, cómo ellas siguen asumiendo la "supervisión" o la "responsabilidad" de las tareas de intendencia familiar y nosotros, lo relativo a la economía. Básicamente porque continúan latentes los roles que hemos mamado y la presión social. Por otro, que nosotros continuamos perdiéndonos todo lo relacionado con la comunicación de los sentimientos y las emociones, que permanecemos anclados en la competitividad, en las miles de formas que hemos inventado para medirnos el pene: la cilindrada del coche, el fútbol, la nómina, el cargo...

Por el camino, muchas han perdido el norte del desarrollo y la igualdad, extraviándose por los laberintos de las luchas de poder.

Así las cosas, no deja de ser significativo que un encuentro de estas características parta de la iniciativa de un colectivo de mujeres. Me cuesta imaginarlo promovido por hombres, aunque sólo sea entre nosotros, para repensar qué ha sido de nuestro rol, hacia dónde va o queremos ir.

Todos, resumiendo, seguimos obstinados en ese viejo debate de los géneros y las relaciones entre sexos, olvidando que, quizás, la cosa no vaya más allá de ser simplemente personas: seres autónomos, emocionales, creativos, capaces, independientes... y, por supuesto, con el legítimo derecho a sentirnos perdid@s en cualquier tormenta.


viernes, 2 de octubre de 2009

Cajas


Cuando se vino a dar cuenta, tenía la agenda repleta de citas, compromisos y mil tareas por hacer. Ese estrés le hacía sentir vivo, decía.

Al final del día, al volver agotado a casa, seguía rebuscando más y más ocupaciones.

Cuando finalmente se rendía, ya en horizontal, miraba atrás y comprobaba que su aparatosa jornada no había sido más que una montaña de cajas huecas, una pila de viejos envases vacíos.


jueves, 24 de septiembre de 2009

Historias de Rapaos y de Crestas (I)


Los Rapaos.
Los Rapaos son gente dura. Dura y con mucho tiempo libre. Son seres asistemáticos, pero no por asimétricos ni antisistema. Al menos no políticamente hablando. En realidad, lo que se dice hablar, hablan poco.

Los Rapaos, y digo “los” porque son todos varones, muy varones, siempre actúan en bandada. Aunque no sé si la comparación es la más correcta pues, más que aves, parecen abejas. Más que un grupo, son un enjambre. Se mueven juntos, siempre en jerarquía, algo que se preocupan en marcar a golpes y gritos también entre ellos. Cuando alguno se separa y va en solitario, se desnaturaliza. Si no fuera por su aspecto, hasta pasaría desapercibido.

Los rapaos se hicieron duros a puñetazos. Y así se saludan y comunican. Se abren paso por la vida a empujones. Se sienten vivos en la bronca. La paz les hace sentir indefensos, inseguros, invisibles.

Gustan lucir sus abdominales y sus brazos tatuados, curtidos en mil batallas. Adornan sus cabezas con figuras de geometría imposible, teñidas de mil colores. Con semejantes diseños disfrazan sus rostros de niños tristes, malqueridos, de amenazadores ambulantes. Mientras, lían sus días en papelillos, a la sombra de cualquier laurel que les cobije.

Crestas.
Los Crestas comparten los mundos de los Rapaos, aunque transitan por dimensiones diferentes. Éstos, entre los que también hay mujeres, no crecieron a golpes, es por eso que son gente pacífica.

Igual que los primeros, cuidan de su imagen. Van uniformados, pero no se calcan y hasta se diferencian.

Los Crestas saben reír. Tienen sus miedos, como todos, pero se atreven a arrastrarlos hasta lugares donde, sospechan, encontrarán materiales para mestizarlos, malearlos o, en el peor de los casos, enterrarlos y no molesten.


jueves, 17 de septiembre de 2009

La alfombra voladora



Ayer fue mi cumpleaños, por eso Saulo me regaló una alfombra mágica adornada con una estrella gigante.

Paseamos juntos cerca del sol. Él, a bordo de un monopatín supersónico.
Yo, en mi nueva alfombra.

Con la emoción, hasta se me cayó el papel de regalo al suelo.



Hoy me regalaron una mañana de playa. Otra genialidad.


miércoles, 16 de septiembre de 2009

Sin tiempo


Aquel planeta, como todos, giraba sobre su propio eje y daba vueltas alrededor de una estrella. Así y todo, a ninguno de sus moradores le dio por medir ni dar nombre a esos recorridos. Eso que aquí llamamos tiempo, allí, sencillamente, no existía. A nadie se le había ocurrido tal cosa.

En aquel lugar nadie llegaba tarde. No habían tenido que inventar las horas de descanso, pues tampoco existían las de trabajo. Hacían lo que les apetecía cuando y mientras les duraran las ganas. La gente nacía, crecía e iba tomando formas diversas, cada una a su ritmo.

Los actos no se convocaban, surgían. La gente se encontraba en cualquier sitio y, como no conocían la prisa, hablaban, jugaban, se acompañaban, compartían o se despedían, aunque nunca supieran hasta cuando.

Había épocas de frío y otras de más calor. Si se sucedían o alternaban, nadie lo sabía. Mucho menos con qué frecuencia. Ni qué era exactamente eso, la frecuencia. Total, ¿para qué?

No recuerdo cuándo llegué a aquel planeta. No tengo noción de cuánto estuve allí. Ni siquiera me queda del todo claro en qué momento ni por qué decidí marcharme. ¿O fue que volví? Tampoco sé qué ocurrió antes, después o quizás justo lo contrario.


viernes, 11 de septiembre de 2009

tutear


Qué chorrada. Dice el defensor del Pueblo que permitir al alumnado que tutee al profesorado es una falta de respeto. Sigo ojeando la ciberprensa y me encuentro con que el origen del botellón está en la falta de autoridad de padres y profesores.

Esta brisa añeja me dispara las alergias. Y yo echándole la culpa a la proximidad del otoño. Ya me vale.

Imponerse a un grupo subiéndose a una tarima es de lo más sencillo. Se dibuja la jerarquía, se marcan los roles y justo ahí, en la cima de la cúspide, se acomoda el profesor o el adulto en cuestión. Con este modelo, el que mamamos tantas y tantas generaciones, se fabrican clones sumisos o, por defecto, rebeldes antisociales. Las cosas de la dialéctica.

Si lo que deseamos es propiciar generaciones de ciudadanos críticos, respetuosos con sus iguales, participativos y democráticos, el modelo del señor Múgica no vale. Lo lamento.

Estoy de acuerdo en que tras las décadas de la letra que con sangre entra, se produjo una catarsis antagónica que colocó en la cima de la pirámide al alumnado. Confundió lo de centrar el proceso educativo en el educando con permitir que los menores hagan lo que les venga en gana. Así tampoco funciona la cosa.

Los límites son siempre necesarios, hasta en las mejores relaciones. La diferencia está en que no basta con imponerlos. Lo que hace falta es trabajar para que se comprendan y, sobre todo, para que se asimile que son imprescindibles. Claro que esto supone un largo y no siempre gratificante trabajo.


Son las viejas diferencias entre el conductismo y el cognitivismo, ¿se acuerdan?. El "me haces caso o te parto la cara" frente al hacer comprender porqué no tienes que pisotear a tus semejantes, descubriendo y reinventando la convivencia. El respeto no se impone. Se gana. Y vaya si cuesta.

El origen del botellón, se me antoja, quizás lo encontremos en la ausencia de alternativas de ocio asequible para los jóvenes. Y no sólo de ocio. Básicamente de futuro. Estamos ante generaciones que constatan que el éxito en el sistema educativo no garantiza un hueco en el mercado laboral. Mucho menos un sueldo digno, una cifra que dé para pagar los gastos mínimos de subsistencia. Criados en el engranaje de una máquina tragaperras, donde todo se compra y se vende, pero sin las monedas necesarias para obtener todo aquello con lo que los sobreestimulan constantemente. En cada canal de televisión, en cada programa, en cada banner...

Yo rebuscaría por otros lares, la verdad, más que andar refundando mohosas pedagogías con tufo a rancio. Que los ácaros no son buena compañía, señor Múgica.

PD:
El ministro responde.

viernes, 4 de septiembre de 2009

sonidos de Tokio


A la nueva película de Coixet le sobra la voz en off del narrador. El auto-doblaje de Sergi López es pésimo. Y algunos diálogos quedarían mejor en silencios.

Dicho esto, aclaro que no me disgustó.

Me encantaron la protagonista y el técnico de sonido. Especialmente, su relación: dos solitarios asociales que se reúnen para compartir silencios y sonidos.

La estética, también. Los encuadres y el ritmo de las imágenes. Algunas de las localizaciones son fantásticas. El hotel es genial. La banda sonora tiene su gracia, así como esas terapias en espacios públicos por los que deambulan los protagonistas.

Ya he contado demasiado. Mejor la ven, la digieren y me dicen.


miércoles, 2 de septiembre de 2009

visiones


Hay noches que invitan a correr
a dejar que las luces de las farolas se unan tras la espalda
dibujando una estela que hilvane imágenes veloces,
recuerdos y preguntas
.

Entre el viento y las emociones
todo se licúa
quedando apenas unas motas de luz salpicando el fondo
que, en esas noches, siempre está oscuro.



domingo, 30 de agosto de 2009

dar


Hace mucho que me convencí: La generosidad es otra forma de egoísmo.

Los hay que dan bajo luz y taquígrafos, en busca del reconocimiento social y la exaltación pública de su propio ego.

Quienes lo hacen en privado, no son diferentes. Sólo que a éstos les basta con la satisfacción personal de compartir. Que ya es bastante. Máxime cuando tiene un matiz seudoclandestino. Hasta el no contarlo tiene su morbo.

Hay veces en las que te vacías esperando que te devuelvan, a modo de trueque, lo que esperabas. Este altruismo hunde sus pies en el conductismo. A cambio de estímulos positivos, aguarda una respuesta satisfactoria, premeditada. En la mayoría de las ocasiones provoca tremenda frustración.

La caridad de los religiosos es más de lo mismo, salvo que éstos esperan como respuesta un regalo divino, un premio en el más allá. No se trata de resolver el problema, sino de asegurarse parcelas de felicidad tras la muerte. O algo así.

Desmitificado el verbo dar, es preciso reivindicar sus valores o, si fuera posible, reinventarlos, frente al comprar, vender, chantajear, robar, machacar y otras infinitas formas de explotación al uso.

Me gusta imaginar que, al dar, podría ocurrir un efecto en cadena, como las fichas del dominó. Que, de pronto, el receptor de la donación se contagia y le da por hacer lo mismo con otros que encuentra. Y éstos a otros... Así, hasta el infinito. De este modo, sin más esfuerzo, se inunda de buen rollo la galaxia.

En mi sueño, el altruismo también espera algo a cambio. Aunque sea gratis, por muy esotérico que resulte.


miércoles, 26 de agosto de 2009

Burbujas


Llegó rodando hacia mí, redonda y transparente.

Intercambiamos reflejos, haciendo fácil y divertido flotar a su ritmo, que también es el mío.

Se la ve cómoda. Repleta de matices.

De vez en cuando rozamos levemente las superficies, aun a riesgo de explotar, en tímidos intentos de descifrar la esencia que rellena nuestras burbujas.

sábado, 22 de agosto de 2009

volar desnudo


Anoche soñé que volaba. Pero lo hacía a pelo. Sin motor ni alas ni nada que se le pareciera. Yo mismo. Tanto, que hasta iba desnudo.

No lo hacía demasiado alto. Como a la altura de una cometa o algo así. Lo suficiente para poder juguetear, dando giros, subidas y bajadas.

Volaba por encima de las cabezas de la gente. Algunos conocidos. Otros no.

Lo curioso del sueño era que quienes me veían no se asombraban por verme volar. No, por eso no. Se escandalizaban porque lo hacía desnudo.

viernes, 21 de agosto de 2009

El cuento de Ibrahima


Hoy reafirmé la esperanza, la creencia en que es posible la existencia de espacios, por pequeños que sean, de convivencia y solidaridad.

Tuve ocasión de participar en un encuentro de jóvenes procedentes de distintos puntos de Estado con chicos que, tras atravesar el océano en patera, viven en distintos centros de inmigrantes de Tenerife.

El lugar de reunión fue la playa de Las Teresitas. Los primeros en llegar: un grupo de emigrantes y yo. Uno de los más jóvenes parecía aburrido, así que para entretener la espera le propuse que jugáramos a eso que ahora llaman frisby, al disco de lanzar de toda la vida, vaya.

Sin darnos cuenta echamos un buen rato sin hablar y, casi al final, nos presentamos. Ibrahima, se llama. Cuando llegaron todos, nos dimos un baño. Ahí estaba él, a mi lado, silencioso.

Llegó el momento de que todos los participantes se conocieran. Cuando le tocó el turno, dijo su nombre, su edad (16 años), país de procedencia y finalmente añadió: “Estoy encantado de compartir esta tarde con todos ustedes”.

Las horas pasaron y el grupo, al principio separado por razas, se fue mestizando entre risas, balones, baños y carreras.

Cuando ya tocaba recoger, se me antojó regalarle mis gafas de nadar con las que Ibrahima se había entretenido un buen rato chapoteando en el agua.

A los pocos minutos se me acercó y me obsequió unos folios. “Es un cuento mío. Es para ti”, me dijo.

Con su permiso, lo reproduzco
íntegramente en este blog. Todo es suyo, incluida la moraleja y la postdata.

La cesta de la pesca del señor Hiena y el señor Liebre

Erase una vez dos animales que se fueron a pescar: El señor Hiena y el señor Liebre. Se quedaron pescando todo el día.

Señor Hiena llenó su cesta de pescado mientras que la cesta de señor Liebre se quedó vacía. El señor Liebre, hambriento, se esperaba a que, al despedirse, el señor Hiena le propusiera algunos de los suyos, pero el señor Hiena se fue así, sin más.

La Hiena era más fuerte pero la liebre se sabía más inteligente. Así que sabiendo que el señor Hiena no compartiría nunca su cesta, elaboró un plan.

El señor Liebre corrió a esconderse en el bosque y se adelantó sobre el camino de regreso del señor Hiena. Se tiró en medio del camino y esperó inerte a que pasara el señor Hiena. Cuando la Hiena llegó con su cesta de pescado y lo vio, pensó en voz alta:

- “¡Ah, esto sí que es carne buena! Pero… no me la puedo llevar porque ya estoy demasiado cargado con esta cesta de pescado.”

Dejó al conejo y siguió su camino. En cuanto se alejó, el conejo se puso en pie y cogió un atajo para adelantarlo de nuevo y se tiró en medio del camino simulando otra vez su muerte.

Cuando el señor Hiena llegó con su cesta de pescado y vio a la liebre muerta pensó en voz alta:

- “Otra vez ¡Otra apetitosa cena! Pero… pero sigo sin poder llevármela… grrr ¡Qué pena! Y siguió su camino bastante decepcionado.

En cuanto lo vio irse, el señor Liebre, muy astuto, volvió a adelantarse y se puso en posición. Al verlo otra vez, no pudo impedirse exclamar:

- “¡Pa… pa… pa…, esto parece mentira, ya es la tercera vez que voy a tener que dejar una apetitosa liebre por culpa de esta cesta de pescado”.

Se puso a pensar y, en voz alta, se dijo a sí mismo:

- “Pues dejaré mi cesta aquí y vendré a buscarla luego”. Y pensándoselo mejor, añadió: “Aprovecharé e iré a buscar las otras dos liebres primero”.

De esta manera abandonó ingenuamente su cesta y se fue. No hace falta decirles que el señor Hiena no volvió a ver nunca más su cesta de pescado ni tampoco a las liebres.

La moraleja de esta historia es que cuando uno se deja tentar demasiado con la vista acaba comiendo poco, no hay que ser demasiado goloso.

Ibrahima Sadio Diallo
“Uso los animales para educar a los hombres


miércoles, 19 de agosto de 2009

Lo que mamamos


Lo que mamamos.
No somos más.
Ni más ni menos.

Estos días he conocido a un joven sin rostro, sin expresión. No, me equivoco. Sí que expresa. Pero sólo transmite reto. Pugna. Con el entrecejo siempre a la defensiva. Listo para atacar.

No percibe el afecto ni la atención positiva. Sólo sabe y se recrea en reclamar protagonismo de modo agresivo. Trasgrediendo cualquier norma básica de convivencia. Es su manera de sentirse vivo.

Rechaza todo intento de acercamiento amistoso. Le divierte más liarla para que acudan a reprimirlo. Es en ese escenario donde se desenvuelve con soltura. Es entonces cuando defiende a gritos y empujones que su libertad y derechos no tienen límites, que sólo acaban donde se machacan los del resto.

¿No prestarle atención? Sí, ya lo había pensado. Pero, me queda una duda: ¿hasta donde será capaz de llegar para acaparar ese protagonismo que tanto necesita?

No sé mucho de su vida, de lo que ha mamado. Aunque no hace mucha falta. Es fácil de imaginar.


domingo, 16 de agosto de 2009

Días de frases sueltas.

Estoy en días de frases sueltas. Regurgito momentos en forma de oraciones y paso horas rumiando, reconstruyendo, reinventando, buscándoles algún sentido.


En sueños, una desconocida me dice que arriesgo demasiado. Cargada de seguridad insiste en que siempre lo hago.

Una vez despierto, alguien presume de conocerme tal como soy.


Ese día me encuentro con un amigo en la misma conclusión: lo malo no es que te roben un proyecto. Lo que en realidad da lástima es que lo materialicen tan mal, que le quiten el alma y no vaya más allá de una tremenda horterada.


Por su parte, Saulo me apunta con su tangible realidad de cinco años para, directo al pecho, dispararme un ¿por qué no pasas más tiempo conmigo? Últimamente nos vemos muy poco y te echo de menos.

Con otros seres, en cambio, entrelazo frases huecas y sin sentido que soy incapaz de recordar. Por muchas horas que conversemos, no hacemos más que quemar minutos, empujar el día para que pase más rápido.

Será.