miércoles, 9 de junio de 2010

frente a frente


Quizás el problema sea el de siempre: inventarnos a los otros como nos gustaría que fueran o, por rizar más la cosa, adjudicar al prójimo todas aquellas presuntas virtudes que deseamos tener. Sea como sea, la metedura de pata en estos casos está en inventar.

En el fondo tiene su lógica, pues siempre intentamos controlar lo incontrolable, buscar explicaciones a todo lo nuevo que nos encontramos. Nos da una falsa sensación de seguridad.

Como al describir extraterrestres, que siempre acabamos mezclando animales y plantas conocidas con rasgos humanoides, en el día a día, vemos a fulanito que nos recuerda a menganito, conocemos a alguien nuevo y lo encajamos en nuestro bestiario particular, enfrentamos situaciones novedosas analizándolas con herramientas acumuladas en viejas experiencias…

Claro que, más tarde o más temprano, todo se desenmascara. Poco a poco comienzan a ser ellas mismas, personas o situaciones con identidad propia, y rara vez tienen algo que ver con nuestra expectativa inicial.

Más tarde o más temprano, decía, y ésa es otra de  las claves del asunto, porque en ocasiones las ubicamos cuando ya son muchos los lazos tejidos, que nos unen, nos atan o nos asfixian.

Una vez aquí, puestos a salir de ellas, cuando descubrimos que no son de nuestro agrado, no siempre encontramos la puerta de salida adecuada o, peor aún, buscamos excusas para seguir viendo al personaje que, al principio, describimos al gusto y antojo de nuestras peculiares y cambiantes necesidades.

Los parches permiten rodar unos kilómetros más, aunque la rueda no gire ya del mismo modo. La bicicleta nunca vuelve a ser la misma.

Otro problema –ya puestos- es si, tras las máscaras que inventamos, terminan apareciendo siempre los mismos personajes. Ya nos vale.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y si en lugar de dejar volar la imaginación e inventar, nos esforzáramos en conocer...... no nos evitaríamos las decepciones posteriores? Aunque claro, esto supone un mayor esfuerzo.
Lo siento, tan solo reflexionaba sobre tu escrito en voz alta. Salu2.