lunes, 15 de junio de 2009

Aplaudir para trabajar

Una plaza de toros abarrotada. Miles de personas ondean banderas azules. Aclaman a un líder de traje impecable y maneras confusas. 2.500 de los aplaudidores son inmigrantes, probablemente ni siquiera tienen derecho a votar en las elecciones europeas. Muchos de ellos agitan pancartas de amor incondicional a Camps de forma casi profesional. O, al menos, con la esperanza de llegar a tener una profesión. A cambio de su efusiva entrega les prometieron un empleo. No se lo dieron.

El espectáculo lo organizó, ni más ni menos, que el mismísimo conseller de Inmigración.


Lo contaba el periódico Público el pasado fin de semana.

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