martes, 11 de noviembre de 2008

Retrato de familia



La abuela reza de rodillas, entregando su alma y su vida a imágenes de cartón piedra que le señalan el camino de otra existencia sin penurias.


El abuelo dedicó su juventud a cambiar el mundo, defendiendo ideologías y banderas que sigue rumiando hasta el final de sus días.


El padre, en cambio, invierte todos sus esfuerzos en amasar dineros y sacar brillo al apellido.


La madre atesora colecciones interminables de electrodomésticos, con los que aspira, tritura y congela sus adversidades.


El tío cambia de trabajo cada año. También de domicilio, de país y de familia.


El primogénito se enfunda la fortuna paterna en ropas de marcas y coches de diseño.


La hija retoma el testigo del abuelo y lo reinventa salvando ballenas en océanos helados.


El nieto mayor busca en el sexo la salida de sus laberintos.


La nieta escarba en filosofías lejanas y técnicas de posturas complejas, interpreta el universo combinando números y azares.


El pequeño se oculta tras una trinchera de libros, protegido por su bata blanca, blandiendo una enorme calculadora.


Sentados a la mesa, todos se miran, festejan y callan.


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